Nunca me han gustado las listas. Sé que los gurús del marketing recomiendan escribir titulares con las 10 mejores cosas y blablablá, pero a mí es ver un listado enumerando cosas y ya me estoy sintiendo utilizada y cabreada.
Ahora, mi cabreo sube muchos, muchísimos enteros cuando veo esta barbaridad:
7 consejos para hacer adelgazar el pubis (monte de Venus)
Me cabreo tanto que hasta se me olvida la tontería del titular. Porque cómo diablos se puede escribir algo tan perjudicial, tan dañino…¿y encima le das a publicar? Me van a perdonar pero ¿nos hemos vuelto locos o qué?
Una cosa voy a deciros, editores de webs supuestamente femeninas, de revistas para mujeres, de páginas que en teoría enarboláis nuestra bandera buscando nuestro bienestar y para que nos encontremos mejor con nosotras mismas: a mi cobertura 4G pongo por testigo de que no entrará en mi casa una de vuestras publicaciones llenas de brillantinas y estereotipos, de imágenes dañinas y perversamente edulcoradas, porque lo que me habéis demostrado no es más que una sarta de sandeces y que, para echarme unas risas prefiero El Mundo Today. De que ni vosotros ni los medios de comunicación le venderéis a mi hija así como así vuestra estulticia y vuestros bancos de imágenes irreales, de American Apparel y de tallas 34, de dentaduras esmaltadas y brillantes, de miradas vacías y photoshopeadas. De que, cual sujetador en los setenta y cantando a gritos a Billy Joel, quemaré con violencia (si encuentro el único mechero que tenemos en casa) vuestro papel couché en el fregadero delante de mis hijos. De que destrozaré personalmente vuestras listas de cómo ser la mujer 10, de cómo prepararse para el verano con detox y cleansing a cual más absurdo y repelente, de cómo hacer feliz a tu pareja y estar siempre depilada y dispuesta, de cómo llegar relajada y sin gritar al fin de semana (tómate esa píldora, bitch), de cómo caber en unos jeans sin que se note tu Monte de Venus (WHAT THE FUCK?), de cómo ejercitarte para tener un thigh gap envidiable, de cómo tener el culo blanqueado y perfecto para la recepción del embajador, o de cómo tener los labios de nuestra vulva proporcionados y, por supuesto, simétricos….

Llevo mucho pasando por delante y mirando de reojo vuestra hilera en la tienda de la gasolinera o en el quiosco, vuestras portadas explosivas, brillantes, gritonas, estridentes, con bolsos XL para la piscina de regalo, o con muestras de rimmel para esas pestañas de infarto, con los morros repintados y vuestros copia-pega desde los ochenta, cuando yo sí me leía vuestras encuestas sobre cómo encontrar el hombre perfecto, cuando sí me frustraba por no llegar a tener nunca el armario de básicos para arrasar, y cada día os he ido mirando con más inquina, con más desprecio por la imagen de mujer (y de hombre) que nos habéis vendido desde que os conozco, y que seguís haciendo sin cortapisas, como un buque que, varado hace tiempo, sigue esparciendo el chapapote, la mierda negra, durante años y años, contaminando la mirada de las que os leen, en su mayoría niñas jóvenes.
Que sí, que sí, que se os ha visto el plumero (porque no os lo habéis operado ehhhh) y conmigo, hasta aquí habéis llegado.
La mujer perfecta ha muerto. Y ya podéis ir corriendo o buscando algún regalo muy bueno para que os compren porque la mujer real, la que no llega a fin de mes y le da igual si se lleva el berenjena o que no hay que comer hidratos por la noche, no tiene el Monte de Venus para tonterías.