Hoy estoy de bajón. Llevo unos días que no sé dónde meterme. Mis ánimos andan por los suelos, tirados y pisoteados como una vulgar colilla. Y no veo que vayan a remontar. No lo veo, la verdad.
Y todo por tu culpa, Pocoyo. Tú que estabas empezando a ser coleguita en casa, que despertabas todas mis simpatías, que tenías todo para gustarme: entretenido, blando, producto nacional…
Y vas y me sales con éstas.
¿Por qué, Pocoyo? ¿No tenías suficiente con Pato, con Eli, con Pajaroto…? ¿Por qué?
buffff no me extraña que se te baje la moral!!! Pocoyo acompaña al peque desde que nació, pero este tipo de flequillo sospechoso hace que me replantee las amistades de mi niño, que no quiero que tenga según que tipo de influencias….
jjjjj, cuando Pocoyo quiera privatizar a sus amigos, empezaremos a sospechar… 🙂