2012, un año agotadoramente… agotador

Cabecera-blog-colorEstaba repasando mi año 2012, bastante escaso en posts, lo reconozco, y andaba buscando mi reflexión más patética, por eso de regodearse en el fango propio, cuando me he ido saltando a los finales del 2011 y me he encontrado con esto, el resumen de un año accidentalmente extraño.

Sí que fue extraño el 2011, sí. Me pasaron tantas cosas que este 2012, si bien también ha sido movidito y casi el último de las enciclopedias, me parece a su lado una simple meadilla de perro.

Pero tampoco ha sido un año sencillo. ¿Y por qué?

Pues está muy claro. El 2012 ha sido, para todo, el año de….. ¡¡¡¡la CRISIS!!!!!

El año en que nos hundimos peligrosamente, en que asistimos despavoridos al choque del barco contra el iceberg (llámese el iceberg burbuja inmobiliaria, paro descomunal, políticos ineptos y corruptos, jugadores de Apalabrados en cargos públicos, queridas diputadas dignas de muchos insultos, o llámese, por qué no, Sálvame). Y que, como los músicos del Titanic presenciaban su triste final mientras tocaban, o eso dicen, a mí me cuesta creerlo, nosotros nos hacemos un sitio en la lancha esa donde no cabía Jack ( ¡ja! ¡La palmaste, machote!) y seguimos remando…

Ha sido el año en que hemos tomado medidas extraordinarias para no dejarnos hundir en la miseria, ni anímica ni literalmente. Hemos hecho eso de apretar mucho el culo y tirar para adelante, o al menos lo hemos intentado. Hemos estrenado oficocina maravillosa de 1×1 y desde ahí seguimos con la intención de dominar el mundo. Nos hemos quedado con el careto partido y hemos hecho flashback ocasionales por eso de las parálisis botoxianas, que son muy malas, España ha ganado un mundial y todo sigue casi igual o peor, porque nos han dado por todas partes, pero bien además, y encima lo de cobrar, ya se sabe, venga usted mañana.

Pero oigan, que no ha sido todo medio malo, tirando a coge la maleta y vete a Alemania, no.

Porque en el 2012 también he tenido un máster y… ¡UN HIJO!

Oleeeeee (momento, festivo-histriónico para celebrar lo mucho que me costó echar al jodío), señores, que tuve a mi segunda criatura!! (tercera, contando a Madresfera, adoptada vía ftp pero propia para lo bueno y lo malo). Y es que se hizo de rogar el amiguete, quince días me tuvo de aquí para allá, Urgencias va Urgencias viene, que ya me veían en el Hospital y me iban haciendo el parte de alta… ¡porque no tenía ganas de salir el niño! Que no me extraña, todo sea dicho, porque si él, o yo, nos llegamos a oler el verano que nos pasamos junto a la hermana mayor, aka bestia parda en sus momentos álgidos, ¡¡¡ni él sale ni yo le dejo!!!! ¡¡Palabrita de adicta a su smartphone!!

Pero bueno, quitando los momentos «niña del exorcista matando al padre Karras» con su pobre hermano, lo de la maternidad de segundas me ha parecido la leche. De agotador. Y hablo aún metida en el marrón, porque todavía me quedan unos meses de insomnio, pero sé que en algún momento, y tal vez bajo los efectos de una sobredosis de jalea real y vitaminas, vea la luz al final de este largo y negro túnel llamado «te toca a ti levantarte, cariño». El día en que no me acueste como si me hubieran apaleado varias veces unos cuantos antidisturbios y retome actividades tan sanas como leer durante más de cinco minutos sin dislocarme el cuello, o dormir más de tres horas seguidas, o incluso cuando vuelva a mí el espíritu del sexo pasado, miraré hacia atrás, hacia este año en el que me recuerdo ojerosa, peluda y con un barrigón de ballena varada, y me reiré a gusto mientras me tomo un copazo a su salud.

Ha sido un año interesante. Y muy cansado. Que lo del máster casi me quita la vida, oigan. Pero muy fructífero. He disfrutado como una enana Lannister de mis hijos, de mi santo, de mi familia, de nuevos y antiguos amigos y socios frikis, verdaderos hallazgos, de charlas interminables via whatsapp, de amistades virtuales y reales, y de un buen puñado de blogs amigos que han hecho del 2012 un año mejor (y madresférico).

He metido la pata a conciencia, como cada año. Pero sigo con las bragas puestas. A ver si el 2013 me da un poco de cuartelillo para volver a retomar mi blog como wordpress manda,  mis series de cabecera, mis libros abandonados, disfrutar aún más de mis retoños y no morir en el intento.

A ver qué nos depara este año que viene, porque amigos, la vida es como un capítulo de Juego de Tronos, y quitando asesinatos cruentos, que no estamos muy por la labor, ¡¡aquí puede pasar cualquier cosa!!!