Hay días en los que me asalta una duda muy gorda. Una repugnante verruga mental de esas que llaman la atención al contertulio cuando estás hablando con alguien, y aunque intenta mirarte a los ojos no puede vencer ese asco/atracción morbosa y acaba centrando su mirada en lo que no debe.
Y casi tanto como el motivo de la «duda verruguiana», que puede ser de cualquier índole y materia, me inquieta sobremanera y me alucina mi propia parálisis «botoxiana», una inmovilidad a lo Nicole Kidman que me afecta a todo el sistema nervioso cuando me encuentro con un dilema moral de mayor o menor calaña.
Que me quedo en stand-by, se me apagan las pilas, no sé si tirar para adelante, para atrás o cruzar por el medio… Vamos, un estado semi-comatoso que ni carne ni pescado, que no sé dónde meterme ni cómo aguantarme…
Y que no tiene nada que ver con la gestación, cuidado. Aunque seguro que afecta. Porque de todos los presentes es sabido la cantidad de neuronas que perdemos muchas empujando (como bien me señalaba la sabia amiga Susana una tarde de éstas mientras corríamos detrás del pito de su criatura buscando un rincón donde entrenar eso de hacer pis solos). Sí, sí, que afectar, sabemos que afecta. Pero no es el detonante. Más bien, otro ingrediente de la ensalada mental ésta que tengo ahora…
Ahora que soy adulta y pago mis impuestos, ahora que tengo que decidir por mí misma, por mis hijos, y por mi propio negocio, que ya son decisiones, reflexiono y me tomo un momento para pensar, así en momento besugo total, sobre mi capacidad real de resolución. ¿Sirvo para tomar decisiones? ¿Sé salir de las encrucijadas yo sola? ¿Soy una persona resolutiva? ¿O acaso necesito que venga alguien con más carácter y personalidad para decidir por mí? ¿Esto de decidir se entrena?
Cuidado que ya ni siquiera entro en que decida con criterio o no. Eso, además de muy subjetivo y parcial, ya es algo que viene de serie, y si me equivoco, que lo hago más de lo que debería, pues como se dice por aquí, ajo y agua. Algo positivo saldrá de la cagada, seguro (y mejor no entrar en el tema escatológico porque daría mucho de sí). Pero es el hecho de dar el paso y elegir blanco o negro, el momento terrible el que me convierte en medio monguer, el que me atenaza y me deja con la expresión de la Obregón o de Meg Ryan, vamos, nula.
Entiendo, desde mi ignorancia supina, que para mí, al menos, estos momentos «frozen» que se me plantean ante las «dudas verruguianas» deben ser impepinables. Que para mí, parar casi hasta el estado vegetativo es lo justo y necesario para que, en algún momento, se encienda la bombilla de bajo consumo y veamos la luz. Supongo que en mi caso es lo que toca… Pero no deja de enervarme mi propia lentitud mental, mi bloqueo, mi agarrotamiento, mi falta de reflejos y mi escasa capacidad «tiburonil» para llegar a un punto concreto sin tanta parafernalia ni momento de meditación.
¿Os pasa a vosotros también? ¿Alguien más tiene momentos de parálisis de operación maxilofacial cuando tiene que tomar una decisión, importante o no? Y sobre todo, ¿qué hacéis para salir de ese momento de congelación existencial? ¿Acudís a alguien? ¿Os colgáis del techo por los pies para llegar a una conclusión? ¿Le dais a las drogas duras?
Yo creo que hoy, por lo pronto, me voy a hacer un flashback…
Te entiendo muy bien, yo cada vez que tengo que tomar una decisión importante, parece que el mundo se congela a mi alrededor, me quedo como congelada en el sitio, empiezo a dar vueltas y vueltas mentales, siento en mi espalda un peso aún mayor de lo normal, el pecho se me encoje, y no respiro con soltura hasta que tome esa decisión, sea cual sea, pero tengo que tomarla…Reconozco que suelo comentarla, para tantear que piensan o harían a mi alrededor, pero al final es una la que elige. Ánimo que te sobra inteligencia, reflejos y valentía para hacer lo que tengas que hacer…y si dudas…Pregunta!!!, un besote
Gracias amiga, yo ahí ando, que si pregunto, que si abordo a los desconocidos en la calle y les encuesto, leo los posos del café… lo que sea!!!
Un besote!
Los consultores (esos hombres) hablan de la «parálisis por el análisis». Aunque también hay veces que «urge no hacer nada», por lo general lo importante es tirar pa lante. Y nunca nadie tendrá datos suficientes para saber cuál es la decisión buena. Así que naturalidad y coherencia. Pero sobretodo, cuando tomes una decisión hazte caso a ti misma y no te cuestiones como jefa. Si te sirve de consuelo, piensa en los «grandes decisores» que has podido conocer (en tu profesión, en política): peor que ellos no lo vas a hacer.
Un beso campeona
jajajajaja, me ha encantado los de los grandes decisores, porque se me cae el alma a los pies… Pero tienes toda la razón… Lo de no cuestionarme como jefa es algo que me tengo que apuntar en la mano para que no se me olvide, jejejeje
Un besazo patí!
Yo antes era más dubitativo en ocasiones así. Con el paso del tiempo y la experiencilla de los años, he visto que he cometido grandes errores y grandes aciertos tanto en las decisiones tomadas de forma más reflexiva como en las que fui más impulsivo. Ergo, mejor decidir rápido y con salero, que parezca que estás muy segura de lo que haces! 🙂
Es cuestión de rapidez? Habrá que practicarlo. De todas formas, sí que creo que a veces hay que reposar un poco los pensamientos y darle alguna vuelta para llegar a algo… depende, no?
🙂
Sí, claro… me las estaba dando de experto decisor 😛 Las decisiones más trascendentales las medito hasta la extenuación. Eso sí, luego de cara al exterior tiene que parecer que lo tenías clarísimo desde el principio!
Mejor pararse a pensar y tener la cara estirada como la piel de un tambor, que darse de morros contra lo que venga y que se te pongan los morros como a La Chelito. Sea lo que sea, lo harás bien, amiga. No tengo ninguna duda. Pero el multitasking es lo que tiene…
Por cierto, aquí, entre nosotras, un cuchicheo; esa foto de la Kidman que has puesto podría ser un gif animado donde sacara la lengua de través y se comiera un mosquito, ¿que no? Ay, cuántas risas, madre…
jajajajajaja, quién me hace ese gif por dios??????????? Lo quiero!!!!!!
Ummm qué decidir? pues depende, si eres muy impulsiva párate a pensar y si eres muy reflexiva líate la manta a la cabeza, como todo en esta vida no existen fórmulas mágicas y los aciertos o fracasos son fáciles de ver a todo pasado.
Lo que está claro es que siempre es mejor actuar que ser un mirón, estos no se equivocan nunca pero se aburren tanntttoooo.
Besos
P. D. La decisión de la kidman con el botox fue mala mala y ahí está la tía haciendo pelis
Jajaja, pues sí, y mira que es mala decisión, y no se le ha acabado el mundo (aunque sí la expresión facial…)
Pero sí, decida lo que decida, y sea como sea, no será el fin del mundo…
Un besote guapa
Pues yo, a menos que lo vea claro, transparente, suelo ser bastante indecisa, pienso y repienso, le doy mil vueltas a todo, le busco el negro, el blanco, el gris y hasta el colorao. Esto puede estar bien en algunos momentos, pero en la mayoría significa más de un dolor de cabeza y un retraso significante. Pero lograr lo intermedio es tan difícil…, deseado, pero difícil.
Coincido en que sabrás tomar la decisión correcta, que será la tuya «en base a» y que no tiene por qué ser la acertada, pero es que nadie puede tener la certeza del acierto de antemano (uy! qué enrevesado).
Ah! Y sobre acudir a alguien, pues hija, cometo el error de pensar que mi costi sabrá entenderme y darme un empujoncito, pero no, él intenta darme el empujonazo, darme la solución al «problema», pero desde su visión, desde su yo, y eso no me vale. Le falta escucha y empatía, ainss
Jajajaja, pues vaya…. bueno, al menos lo intenta el hombre, jejejeje
Al final lo importante es tomar una decisión, luego ya veremos cómo va… pero hay que salir de este atolladero mental…
Y he de decir que mientras escribía este post he solucionado mi último dilema moral, así que mira tú, nunca sabes de dónde va a venir la solución o el «exit» de tus problemas…
Un abrazo y gracias por comentar!
A mí es que me pasa una cosa rara (para no variar). Si la decisión es trivial, o sea, de qué color me voy a teñir el pelo, si comprarme una falda negra o roja y chorradas de esas, le puedo estar dando vueltas días y días. Las decisiones trascendentales, como mudarme de país o de casa, cambiar de trabajo, etc… las tomo de manera visceral. Casi no les doy vueltas. Soy así de especial. Un besote.
Ya… mira que te entiendo, que a veces para elegir qué como cada día me entra una indecisión terrible!!!!!
Pero si las importantes las tomas rápido, mira que bien, lo mismo tengo que llamarte para que me ayudes, jajaaja
Un besote para ti!
Mi queridísima Accidental,
No puede imaginarse lo mucho que me ha costado entender su post de hoy; empezando por la elección de Nicole, mujer estupenda donde las haya, y que me enamoró en la peli de Batman
… nunca entendí la tontería del bótox; en serio, podría ser la Lauren Bacall del siglo XXI.
Su disertación sobre las decisiones y la paralización, son fruto de aquel que es responsable de su acción y del entorno en que se mueve; puede ser aderezado con más o menos tiempo, pero lo importante es el resultado, seamos sinceros.
A mí no me cuesta nada decidir, en ningún aspecto de mi vida, algo que puede resultar beneficioso según qué casos.
Lo que sí le digo es que que el topten de mis decisiones mejora según pasan los años, así que la madurez tiene mucho que ver, porque las experiencias vitales, si se ponen en la memoria no volátil, mejor.
Estupendo ejercicio de pensamiento; veo que el síndrome preparación nido ya está ejecutado.
Suya,
Amiga coherente, lo de la Kidman era para castigarle cara a la pared durante unos cuantos años por boba, con lo guapa que era y el careto que se le ha quedado…
Hay decisiones más fáciles que otras: iré al Norte este verano? Pues sí. Fácil.
Pero con las que me estoy encontrando ahora, sobre todo las empresariales, me están costando mucho más. Llámeme inmadura inexperimentada :), lo soy, y seguramente fracasaré para levantarme y volverlo a intentar, y brindaremos por ello con crema de orujo en su tierra.
Pero reconozco que me cuesta adoptar un papel al que no estaba acostumbrada, el de mi propia jefa…
Gracias por sus palabras, como siempre. El síndrome del nido está en plena ebullición, ayyyy, dios, y todo lo que me falta 😀
Un abrazote para el Norte, as usual
Buff, a mí tomar decisiones importantes me pone muy nerviosa. Lo que tengo claro, después de la última importante-importante que tomé (recién parida) es que requieren un tiempo de meditación y calma, cosa que no hice.
Supongo que el tiempo me demostrará que fue la más acertada, estoy segura, creo.
Saludos!!
Recién parida??? Pero amiga mía, que momento tan traumático!!! Si en ese momento para lo único que estamos es para decidir si toca el pecho izquierdo o el derecho!!!
Pero aún así, sea cual sea tu decisión, seguro que acertaste, porque decidiste tú misma, y es lo que importa.
Un saludo!!!!
Jeje, bueno, de esa ocasión aprendí a no tomar decisiones importantes cuando tus hormonas están en plena revolusión (porque cuando manda hormona no rige neurona (en mi caso)). Si fue la acertada o no, es la que tomé, me guste o no.
Como veo que gustas del surrealismo de Cuerda te diré que yo desde hace tiempo tomo mis decisiones al estilo sudamericano, es decir, dependiendo de si es un día en el que «voy en bici», «o huelo bien». En cuanto a las drogas duras, aunque las tengo a mano, de momento me abstengo. Saluditos afectuosos.
Yo me considero «rara avis» en esto del decidir, seguro que como muchos. Curiosamente cuando son decisiones menos importante soy más dubitativa y, por el contrario, cuando son decisiones importantes tipo: venirme a Madrid (la primera y la segunda vez, que tuve un kit kat por ahí en medio en Málaga), ser madre, cambiar de curro… me lío la manta a la cabeza y pienso: ya saldrá el sol por Antequera (del extenso refranero popular de mis progenitores). Sí que es verdad que mi mentor es mi padre, siempre consulto con él las decisiones importantes y me da una clarividencia pasmosa. Pero tiro para delante intentando, una vez que lo he hecho, no pensar en si es la mejor decisión o no, simplemente es lo que sentí… Normalmente me dejo llevar por lo pasional, que para lo racional ya está mi compañero de viaje.
Ahora no he tomado la decisión más importante, lo que siempre me ronda la cabeza: montármelo por mi cuenta. Quizás esa sea la MEGA DECISIÓN y ahí me achanto, cual animalillo covarde, pensando en que ahora no es el momento, por la puñetera crisis o gracias a ella.
Lo de las drogas, no miedito, que seguro que me enganchaba.
😉 Feliz jueves!!!
Amanece que no es poco!!! Pues eso a hacer flashback… Bueno no, lo siguiente. Y respecto a tema de la parálisis botoxiana… una Servidora es de entrar mucho en bucle que más o menos es lo mismo pero con algo más de movimiento facial