Todos los días me entero o me cuentan de primera persona alguien al que han despedido, que no han renovado o que ha vuelto a quedarse en paro. Y que se dan de alta como autónomos, que se van a meter a esto de ¡¡¡emprender!!!, y lo anuncian con una mezcla de novedad, alegría, resignación y en la mayoría de las ocasiones cara de estar tirándose por una de esas atracciones monstruosas -y tortura-padres, y que vendría a ser algo así…
Me lo cuentan con emoción y vértigo. Y a mí se me plantea la duda de cómo contestarle a su nuevo estado: ¿le deseo buena suerte o que busque la salida inmediatamente?
Porque, no nos engañemos, ser autónomo hoy en día, y me consta que no ha cambiado mucho desde hace años, sigue siendo algo así:
– Nunca más verás el calendario de la misma manera que antes. Se acabaron los puentes, las vacaciones como hasta ahora, y los días libres en general. Todos los días serán laborables. TODOS, salvo que estés a punto de la muerte o que te toque hacer gestiones en la Administración, día que será considerado perdido a todos los efectos, y sobre todo anímicamente.
Si tienes hijos, tu calendario se verá interrumpido por días llamados «¿Y ahora qué hago con ellos?» (no confundir con día libre, no nos engañemos, porque en ningún caso será así) y que suelen convertirse en «Días de furia» en la mayoría de los casos porque, por mucho que lo intentemos, la multitarea y la familia, especialmente los de escasa edad conjugan fatal: o tu salón acaba convertido en la casa de un enfermo de Diógenes o acabas castigando de cara a la pared a algún cliente con el que hablas por teléfono.
– No cobrarás cuando hagas un trabajo. A partir de ahora el calendario será básicamente para tachar los días que te quedan para que te paguen todo lo que te deben. Pero además, necesitas un calendario anual porque prácticamente nadie te pagará a 30 días. De hecho, para ti, a partir de ahora, serán festivos los días en los que cobras una factura dentro de los 30 días. O mejor aún, que la cobras, ya sea a 90 o 120 días o incluso más. Claro, así se hacen grandes empresas mucho más fácilmente, ¿verdad empresas del IBEX 35?. Esto te inyectará una dosis de odio a la humanidad para la que tienes que estar preparado. Y al principio se te quedará esta cara de aquí abajo. Porque claro, tú, ¿a cuánto pagas?

Pero luego te llegarán los pagarés, y esos sí que son divertidos. Porque, además de llegarte 90 días más tarde de haber emitido tu facturita, como poco, no podrás cobrarlos hasta que el pagador tenga a bien! Con lo cual pasarás a este estado:
Pero bueno, tranquilo, esto se pasa al ratito.
Eso sí, es mejor que no te relaciones mucho mientras te sientes así. Por evitar encontronazos, vaya…
– No pidas nada a los bancos. (Y mucho menos después de recibir un pagaré). Directamente van a pasar de ti y de tu reluciente plan de negocio en el caso de que lo tengas (y de tu culo también, pero me da no sé que añadirlo, qué diablos!). Nada, niente, nothing. Autónomo=caca para los bancos salvo para cobrar, of course. Si supiérais lo que sois para nosotros…
– Los finales de trimestre no os podréis relacionar con el mundo exterior de manera satisfactoria. Ya podéis tener el mejor gestor del mundo. Da igual. Los finales de trimestre te cogen por banda, te ponen encima de sus rodillas, te marcan a fuego en el trasero, y nunca, nunca, nunca volverás a ser el mismo. De la anual ni hablamos porque para qué vamos a amargarnos más el día… Hay una ley no escrita por la cual siempre se te quedará alguna factura sin contabilizar, es LA FACTURA que te perseguirá hasta conseguir que tengas que hacer una rectificación y, por supuesto, cómo no, aplaudan conmigo, PAGAR UNA MULTA.
Y bueno, podría seguir pero casi mejor lo dejo aquí, porque me está saliendo el comillo de la mala leche demasiado pronunciado y además ya me he saltado unas cuantas tareas en mi planning de hoy , que luego encima te sientes culpable porque no estás produciendo, produciendo, produciendo…. Para que los grandes puedan beneficiarse bien a nuestra costa, y por supuesto a más de 90 días…
Porque, amigos, si sois autónomos y estáis jodidos, levantad la mano.