Aquí estoy, delante del ordenador, con la toalla en la cabeza y chorreando de la ducha pero tecleando febrilmente, cuando debería estar secándome el pelo y esas cosas normales que hace la gente cuando sale del baño… Y ¿qué hago? Pues me leo de pe a pa el blog de la sabia y muy inglesa Sally Whittle con este post sobre cómo afecta escribir un blog a la maternidad y me quedo con esta pregunta que cierra sus palabras:
«What do you think? Is blogging taking away from your ability to be a good parent – or adding to it?». O lo que es lo mismo: Tú qué piensas? ¿»Bloguear» disminuye tu habilidad para ser un buen padre/buena madre, o la mejora?
Lo leo y me digo: esta mujer me ha leído el pensamiento (incluso hablando otro idioma), o lo que me queda de ellos después de unos días a jornada intensiva como madre…
Porque ahora que ambas estamos de vacaciones (voy a llamarlas así aunque las mías son obligatorias como bien sabréis) y estoy con mi criatura de sol a sol, con ella adosada a mi chepa y michelines sin pausa ni receso (salvo la santa siesta y la noche, of course) me encuentro así de pronto y sin aviso previo con un vacío existencial en mi persona y razón de ser: ¡no tengo tiempo para escribir en mi blog! Dios, ni para actualizar mi facebook, ni para responder los emails o fisgonear en twitter, ¡para nada! Si hasta hablar por teléfono requiere de la infraestructura de manos libres para poder empujar del carro mientras hago la compra, que en el Ahorramás ya me conocen como «la loca esa que se ríe a gritos mientras espera el turno de la pescadería»… Vamos, que yo estoy requete-entregada a mi faceta como madre, y encantada, que no digo yo que no, pero coñe, que también tengo derecho a hablar y relacionarme con alguien más que no sean la familia de los Pepes (todos los muñecos de mi pequeña tienen el mismo nombre, para simplificar, vamos), la tendera del mercado y los amigos imaginarios de mi criatura, ¿no?
Pero en estas me acuerdo de una frase de mi santo, de esas que me ha soltado medio-en-broma-medio-ya-te-lo-suelto, cuando él llega a casa al final de una de esas tardes infernales-salidas-de-Mordor en las que mi hija ha decidido poner a prueba mi paciencia semi-infinita y yo ya estoy buscando oxígeno, agarrada a lo alto de una estantería con los nervios como escarpias y con la lágrima asomando tras el rabillo del ojo, para, en cuanto él se pone a charlar con la niña, engancharme rápidamente, y sin mirar atrás, a mis redes, cual yonqui desesperada por su chute cibernético y murmurando para mí: es triste de pedir… Y en medio de mi ataque de ansiedad comunicacional, va mi santo,se acomoda en el sofá con la niña en su regazo, tan pacífica como un niño de esos de anuncios que no se mueven cuando les manosean y me dice con sorna: «uyuyuyuy, estás abandonando a tu familia…«. Y es entonces cuando llega la ambulancia a la puerta de mi casa, salen tres maromos cachas con el uniforme del samur, y me ponen las palas de esas que te meten nosecuántos vatios de potencia entre pecho y espalda… Y sí, luego, revivo…
Entonces, ¿qué pasa con el 2.0 dichoso y tanta red social (que cada día sale uno nuevo, leche) y tanto blog y tanta gente a la que conocer y tantas cosas que leer y tanta ansiedad por el saber…? ¿Nos ayuda o nos mete más presión aún? ¿Acaso soy una madre negligente cuando intento buscar un minutito para respon
der ese email que parpadea en mi cerebro? ¿Hay más madres y padres que se lanzan al ordenador como zombies a un higadito fresco cuando sus hijos cierran por fin los ojos y la boca? ¿Estoy siendo víctima del síndrome 2.leches? ¿Es esto bueno o malo?
Vosotras y vosotros, santos varones, ¿qué pensáis? ¿Somos las madres 2.leches unas adictas al wi-fi que desatendemos a nuestras familias?
Me voy, que se acabó la santa siesta…
ay!
Creo que cuando te conviertes en madre te activan el botón «soy culpable»
¿por qué las madres se sienten culpables todo el tiempo?
y ahí lo dejo…jejeje
jejeje, May, tienes toda la razón, ¿cuándo dejaremos de sentirnos culpables? deberíamos ser más inconscientes y pasar de todo???
Por cierto, muy bueno tu post de hoy.
Yo quería decir eso mismo pero no podía porque estaba debatiéndome entre el gazpacho y la colada pero creo que aún con todo eso algo coherente me saldrá.
Verás, en tanto seres sensibles que somos, cuánta mayor sea nuestra felicidad mejor para nuestros niños, de lo que se deduce que el planeta 2.0 puede ser fuente de felicidad en un determinado momento pero cuidado, todos los excesos son malos y a vecs caemos sin percatarnos.
Lo inteligente es encontrar el punto de equilibrio aunque a veces es difícil. Yo blogueo por placer mientras mi hijo duerme, FB y el email me resultan controlables pero de Twitter me quité cuando comprobé que me generaba adicción y estaba desatendiendo a mi familia.
Para todo hay tiempo, el secreto es descubrir cómo distribuirlo con justicia. Saludos!!!
Sí, Blanca, el equilibrio… ahí es dónde yo me quiero ir a veranear!!!!
Un saludo y gracias por recordarme que tengo una colada por tender 😦 jejejeje
Si te tomas el 2.0 como un trabajo, tras ponerte bizca e hiperventilar llegas a la conclusión de que tienes los mismiticos problemas de antes para «conciliar». Lo malo es que ahora hay que hacerlo todo en el mismo espacio llamado casa, sin esos minutitos oxigenadores de Metro, coche o autobuses varios… Solución: Tenemos que pillarnos un despacho, mari.
Joer, es que si conciliar con un jefe cualquiera es chungo, cuando el jefe es un mico de menos de dos años, ¡no hay nada que hacer!. La patronal más dura que he visto en mi vida!!!.
Ay, por dios, que idea tan buenérrima, amiga! luego concretamos sitio y color de las mesas con cerveza espumosa y fría en mano…
Yo «ejerzo» unas 12-14 horas diarias en solitario y las paso canutas para tener activa mi vida 2.0 como yo quisiera, porque reconozco que sí, que es como una drogaína, ¡lo necesito!. A veces pienso que si tuviera un trabajo de oficina, como tenía antes, contestaría mis mails, escribiría mi blog, participaría mucho más en twitter… que es lo que hacen muchas mamis que conozco. Pero, oye, es que no se puede tener todo, ¡qué le voy a hacer!.
Pues sí, muchas veces el estar en la ofi te da tiempo, por muy paradójico que parezca, para mantener tu vida social activa… tendremos que buscar nuestro sitio y nuestro tiempo!!!
Nenas, estais tardando en montar un chiringuito de madres blogueras (con su guardería correspondiente, claro). He dicho 🙂
Ummmm, tú sí que sabes!
En un alarde de generosidad no os voy a cobrar nada por mi magnífica idea (todo sea por mantener la natalidad de éste nuestro terruño)…con unas cañejas me conformo, je je.
(Qué me quedará a mi, que sin ser madre ahora mismo tengo todas las cosas «online» por los suelos! :S)
Maru 🙂
jajajajajjajaja, supongo que no es exclusivo de las madres lo de la ansiedad digital…
un abrazo!
ajjaja, pero menudo morro le echa tu santo!! 🙂
yo creo que «engancha» porque hay muy buen rollo con la gente con la que te comunicas, una forma de socialibizarse virtualmente, pero sociabilizarse al fin y al cabo (ay! que me hago un lio con las teclas yo sola…). Así que dedicarle tiempo es bueno y «sano», con un límite claro, que primero primero primero van los niños y luego el bloj.
Cuando se tiene una oficina fuera de casa está chupao «escabullirse» y lanzarte en plancha a los mails blogueriles, feisbukiles y tuitiles y luego ya, si eso, te pones a trabajar. Estando en casa, con niños pequeños o de vacaciones, pues encontrar un hueco a tu vida 2.0 es más complicado.
A mi me mola esta vida paralela que llevo con el loulou, pero en horario de oficina, en casa no me conecto (a lo sumo miro sólo los mails de pasada justo antes de que la vocecilla de malamadre me grite que ya estoy tardando en darle un arrumaco al churumbel).
buf, qué parrafada…
por cierto, si abris una cooperativa bloguero-materna, me apunto 🙂
jajajajaja, madre mía, menuda panda estamos juntando, que divertido… si es que lo mejor de esto del 2.leches es la gente que se conoce!!!!!!!!!!!!!
Anda, hija, las culpas para el vecino… Que ser buena madre no quiere decir hipotecar todo lo demás. Y a tu propio dile que le cambias el plan: tú te vas a su oficina y él se queda en casa a atender a su familia, siempre con una sonrisa, claro, y sin una gota de tiempo para él, of course. Vas a ver como, en un solo día, se da cuenta del privilegio que supone para ellos tener a la propia currando en casa, que eso sí que es currar non-stop.
Besos, madre, bloggera, amiga, amante esposa, intrépida viajera, curiosa, escritora, emprendedora…! Para todo hay tiempo, ¡¡¡querida!!!!!
Te echo de menos amiga querida…. te echo muuucho de menos!!!!!!!!!
La culpabilidad es muy puta porque se apunta a todo sin ser invitada pero cuando leí en la Mamá Vaca: «Para ser una mamá feliz, no olvides ser una mujer feliz» (AMÉN!) se me pasaron las tontería, claro que sí. ¿Te hace feliz bloggear? entonces eso reporta beneficios en tu estirpe y puntoypelota.
Porque además DUDO mucho de que desatiendas las necesidades de tu descendenciapor subir un post, así que una vez las fieras descansan o te dejan un rato, ¿por qué no bloggear, navegar, naufragar o lo que sea que te ponga hacer en la red?
Pos eso hermosa, no se me ralle y no dejes a tu yo-virtual apartado o dejarás una comunidad de «accidentales! yonquis en la red ;o) (ala a crear más presión jeje :p)
Mi querida Accidental:
Si lo pensamos bien, casi todos tus contactos internetístico comparten estado familiar, más o menos reciente, lo cual une mucho. En los tiempos de nuestras madres, aparte de los niños, pues se pasaban el día hablando de lo cara que está la vida delante de la frutería, que si el marido,… ahora no te hace falta: coges el móvil y te ríes en el Ahorramás con el móvil, sin tener que hacer socialización física. Creo con total sinceridad, que la red como tal «atrapa», pero permite ahondar en muchas cuestiones (trucos, experiencias, amistades…), que sintiéndolo mucho, sería más difícil de encontrar en el parque (lugar que como podréis comprobar en mis post, no es mi jardín de las delicias).
Si relees tu post detenidamente, no he visto que hayas quedado con tus amigas a tomar algo, o a charlotear de lo divino y humano con tus padres, o a echar un chascarrillo con tus compañeros de trabajo, compartir tertulia sobre una lectura determinada, acudir a un concierto de musica de cámara… then, here you are the answer: blogging and similar.
¿Solucionable? Por supuesto que sí, cuando tu niña crezca un poquito más y te necesite un poquito menos, cuando decidas qué haces con tu vida laboral (ahora en proceso de reestructuración), retomarás las otras facetas con el añadido del enriquecimiento que esta etapa te va a dar, y serás la mujer culta, intelectualmente infalible, madre y esposa querida al que todas aspiramos (temas michelinianos y demás no lo incluyo porque la mujeres somos muy jodías para la autoevaluación).
Tuya,
Sin ir más lejos, sin la red no hubiera podido dar contigo y tus consejos sabios, amiga coherente!
Pero sí te dire q le doy a mi vida off toda la prioridad q puedo, no sería nada ni nadie sin abrazar a mi sobrina, reírme con mi hermana, irme de cañas con mis amigas o una cita con mi santo a media luz…
Un abrazo
Mi querida Accidental:
Una vez que entramos en el apartado «flores», incluso alérgica como soy a parques y centros reunidos maternales, me encantaría compartir cháchara femenina contigo. Tienes un rincón precioso y te felicito por ello.
Aviso a navegantes: como entré en estas cuestiones blogueriles en la versión Pleistocénicas (léase foros de madres), no os extrañe a ninguna de vosotras que tengáis hijos adictos a las mismas áreas (esto tiene para debatir en un post). Mi pequerrecha brujulea y está presente en la red (sin Tuenti, Face or Twitter) como hija de su mamá que es; será tan natural como el destete o la primera caligrafía.
Un abrazo,
Pues como en todo los excesos no pueden ser buenos y la verdad es que esto es un poco adictivo….Pero los peques y el trabajo mandan!