Eso de que todos los cambios son buenos me parece una soberana estupidez. Porque si vas a la peluquería para ponerte monísima con un nuevo look a lo Meg Ryan y te dejan con el peinado de Bimba Bosé pues te cagas en los cambios, en la peluquera y en la sobrina del Bosé de paso, por hortera y por raruna.
A mí los cambios (los guays, claro) me molan, me motivan y me ponen los pelillos como escarpias de la emoción. Si un día descubres que no, nooooooooo, tu color no es el naranja sino el rojo, o que no te queda bien el flequillo, o que los pitillo sooooolo le quedan bien al marido de Alaska (oh, dios, ese hombre/ser/mutante… cómo me río con él!) pues mira, un alegrón que te llevas para el cuerpo. Nunca es tarde para cambiar, dicen. Pero hay cambios mucho más trascendentales que me acojonan y me devuelven a mi fase embrionaria, momento de inconsciencia supina y suprema donde mi mayor problema era que mis miembros se desarrollasen con total normalidad (mucho más ignorante que hoy en día, sin ni siquiera olerme lo que estaba por venir…).
Entre los cambios más anecdóticos que me están invadiendo estos días de rentrée está, sin lugar a dudas, el momento «quítale el pañal a la niña que aún hace calor y si se mea no se le va a congelar el culo». Y ahí estamos, cambiando. Cambiándole la ropa cada dos por tres, como si mi criatura fuera una famosilla de esas que no repiten look ni muertas para almorzar y para merendar. Aquí la criatura no es Suri Cruise, pero debe tener tantas braguitas como ella. Eso sí, braguitas marca Palomino. Que digo yo, ¿a quién se le ocurre, repito, a quién en su sano juicio, se le ocurre comercializar unas bragas llamadas Palomino??????? ¿Es que estamos mu tontos? ¿Dónde ha quedado el marketing en este caso? Yo lo flipo y lo sigo flipando cada vez (y son muchas veces al día) que me topo con la etiqueta chistosa asomando por el trasero de mi niña. Y esto de hacer pis en el baño, aquí la amiga, pues parece que lo lleva muy bien. Yo menos. Básicamente porque me tiene torturaíta con falsas alarmas, yendo y viniendo, pasillo arriba, pasillo abajo (de esta, mi mansión, jjj), pantalones arriba, pantalones abajo, Palominos arriba, Palominos abajo (¿lo veis? es que lo flipo…).
Y el dolor de espalda que me llevo conmigo cada día al acostarme por culpa de tanta exploración de los Palominos, me ha llevado a otro cambio bastante reseñable, y sobre todo en mí, ser perezoso y poco dado al movimiento coordinado y enfocado a lo que viene siendo conocido como ejercicio físico: ¡me he apuntado a un gimnasio! Y ya he empezado… No puedo asegurar el plazo y la constancia, pero bueno, yo prometo enmendarme (y un post sobre ese mundo genial y plagado de tesoros que es la sala de musculación, jejejeje) y sudar toda la mala leche que me ha provocado el otro cambio fundamental de mi existencia: estar en paro.
Lo he ido asimilando durante el período estival, en serio, que lo he meditado, le he dado vueltas y he reflexionado pero mucho. Pero claro, con mi tierna criatura como mochila no es lo mismo. Y ahora que, cual madre desapegada y malvada, la he abandonado a su suerte en el mundo guarderil, es el momento de la verdad. Y de repente, me paro en medio de alguna tarea desdeñable del hogar y me digo estupefacta: ¡coño, que estoy en paro!
Prometo novedades al respecto de este último devenir. Pero eso, seres que circunvaláis mis territorios, será cuando tenga que ser. Toma ya, y ahora me voy, que se me pegan las lentejas, maris.
Pd. Cambia el blog , cambia el logo, cambia la marca de papel higiénico, pero la música no cambia. Qué le vamos a hacer…
Mi querida accidental, no me pongas estos vídeos, que una es muy sensiblera y se le pone el nudito en la garganta.
En cuanto a los pañales, aun recuerdo cuando se los quitaron a mi sobri y, en una noche, le cambiaron «13 veces». Solo pensarlo me da repelus. Animo, cada día queda uno menos para superarlo.
Besetes.
Muchas gracias, en esas estamos, y ahí estaremos durante un tiempo… practicando esto tan raro de la paciencia, jejeje
Un beso y llora, mujer, que lo merece, jejeje
Época de cambios, sin duda, y para hacerlos atractivos, retocando todo tipo de parcelas. Un ¡ole! por la señora accidental.
Bajar Palominos o Priorité es una experiencia que a las madres nos une muchísimo con las niñas, y que un futuro hará que el baño será un lugar de encuentro y confidencias con la madre primero y después con las amigas (y tal vez con los amigos). Siempre he pensado que la manía de ir en pandilla al baño no tiene nada que ver con nuestra condición genética, sino con el abandono del pañal.
Comparto su placer de ver al Señor de la Sra. Gara… refresca mi mente narcotizada en el apartado «Gentes de España».
Cuéntenos de su experiencia gimnástica…adoro las sensaciones que ver exprimir calorías imprimen en nuestros cerebros. Nos encantará.
Cambia la decoración, cambia las cortinas, cambia las bragas cuyo nombre meniegoapronunciar, cambia, cambia, cambia que te cambia, cambia lo que quieras pero no cambies tú… queres mu rica!
jjjj, muchas gracias amol… lo importante es no cambiar de amigos y de gente a la que quieres y te quieren. Un beso prenda
pues cambia, siempre, si es para mejor :
el blog y el logo, un acierto;
la canción, genial; como siempre.
solidaridad entre nuestras espaldas doloridas, amiga;
perseverancia para tonificar esos músculos;
y ánimo para ganarle la guerra a las Palominos. Y al Inem, seguro que sales ganando 🙂
un beso y feliz fin de semana
Muchas gracias, tengo unas agujetas que te cagas, y no sé si es de cambiar bragas, del gimnasio o de recoger juguetes tirados por los suelos. Eso no lo puedo cambiar?? ay, un beso guapa!
Diossss…. lo de los Palominos me ha dejado sin palabras…. 0_0
Normal, es que para mear y no echar gota… apropiado en este caso como en ningún otro… 🙂
Yo siempre compenso un cambio que no me parece bueno con otro que yo controle y que me parezca mejor… léase: me dan calabazas en un curro, pues me compro algo bonito que me apetezca o cambio el rollo del blog… Por cierto, y con permiso, me he reñido un montón de la ocurrencia de las bragas Palomino. Los hay sin visión comercial, claro… como la agencia de viajes que hay en Viena que se llama «Stafa» ¡suerte tienen que hay pocos que saben español por allí! ¡saludos!
Toda la razón tienes, eso de compensar es ideal de la muerte. Me iré de tiendas el mismito lunes… para compensar… jjjjjj
Muchas gracias por pasarte, me encanta tu blog, por cierto!!!
donde pone reñido, quería decir reído, ¡que no atino con el teclado! 🙂
Mi cuñaaa siempre le regala ropa Palomino a mis niños y como es un poco corta, ni le traduzco el tema, que pá qué…Pues oye el control del pis es como es, la que más sufre es la fregona que acaba oliendo a meados a no ser que la metas horas en agua con lejía
A mí se me va también la olla en medio de cualquier tarea. Esta semana estoy dando siempre vueltas al tema: mi jefe me exige más que a los demás, es porque soy madre, mi marido se mosquea por la casa, es porque trabajo de casa. Al final ni maruja ni trabajadora ni na, casi mejor un tiempo de descanso, así que disfrútalo que dura poco
jejejejeje, no se lo traduzcas, mejor así, jajajajaja
Lo de la fregona es un punto, sí, gracias por recordármelo porque no había caído en eso, fíjate tú…
Gracias, disfrutaré lo que me dejen, jajajaja
un abrazo