A veces los duelos hay que vivirlos en ausencia, en contraste, en los demás, en los que lo sufren en ese momento. Por empatía, o por simpatía. Por amor. Por pena. Por ser.
No sé si será el calor, el vacío que ha dejado mi muela en mi vida (adiós, muela, adiós) o que la neurona ya necesita descansar y humedecerse en la piscina, pero hoy, al escuchar al pobre Nick Cave, compartiendo su duelo y el de aquellos a los que quiero, me he hundido aún más en el estado vegetativo. Así que, después de tender la ropa, que lo etéreo no quita lo banal, voy a dejarme llevar y a disiparme. O a hacer un flashback a otra vida más contemplativa. O a meditar sobre los efectos del Ibuprofeno y otras hierbas.
Que me perdone el mundo, pero hay días en los que para ser, es mejor dejarse intuir que estar…
Hay días que son buenos para la introspección y la vida contemplativa. Un besote.
Y tanto que sí, nos daremos a la contemplación 🙂
Un besazo!