El título es totalmente irónico, porque yo en esto de hacer fotografías tengo una experiencia limitada y parcialmente satisfactoria.
Soy la típica que voy con la cámara a cuestas, colgando del cuello y golpeándose contra las cosas, mientras las cosas chulas pasan por delante de mi cara. Pero que luego me entretengo haciéndole mil fotos, igualitas todas, a una mariquita, que además sale desenfocada las doscientas veces. No sé si me falta ojo, paciencia, o simplemente, interés.
El caso es que al tener niños te metes de cabeza en el mundo «fotografía o muere» a tu retoño. En todas las posturas posibles, todos los días, con cada moco que le asoma por su naricilla de gnomo, con cada mueca ligeramente parecida a una sonrisa. Infinitas fotografías que quedan almacenadas en el disco duro del ordenador, porque tampoco logramos imprimirlas todas, y con las que no aprendes ni lo más mínimo sobre cómo hacer una foto decente.
Y con la segunda criatura mucho menos. Porque las fotos se reducen a las imprescindibles, cuando te acuerdas de que hace meses que no le haces una fotico al pobre o porque te la piden en el cole y no te queda más remedio. (Nota mental: hacernos la foto de familia de una vez para que no nos expulsen del colegio por poco participativos).
La conclusión es que la fotografía y yo nunca hemos sido grandes amigos. Y no es cuestión de la cámara. Hemos tenido una Nikon D3000 para practicar durante mucho tiempo. Pero como todo, si no te pones, pues no sale. Pero hace poco, el destino puso en mi camino un reto: ha llegado a mis manos, de manera casi milagrosa, una Nikon 1 J2 con la que estoy participando en una cosa super chula que se llama Nikon1 en acción, vamos, que me he convertido en una nikonista por obra y gracia del destino.
Y ¿el reto? Publicar una foto, decente, todos los días con esta camarota que me tiene loca. No es réflex, y por lo tanto su tamaño es el ideal para que me la pueda llevar de sarao en sarao. Es muy fácil de utilizar, hasta para torpes como yo, aunque un cursito no me vendría nada mal (pero eso me viene por mi afición enfermiza a los cursos del mundo mundila). Y hace unas fotazas tremendas. Llorando de la alegría estoy, jjjj
Así que aquí empieza un camino que no sé si será de amor o de odio, pero que empieza desde luego como algo muy prometedor.
Además, espero poder asistir a algún otro OhBlog de la gran Carol Rial, donde me dieron algunas nociones sobre fotografía gracias a Elena de la Plaza. Nociones que tengo la sensación que he olvidado ya… ¡ay madre! Lo de cortar los miembros lo recuerdo, pero tengo que repasar, jjjj
¿Haré fotos decentes? ¿Lograré hacer fotazas de esas que con enseñar un pie tienen miles de seguidores en Pinterest o en Instagram? Tengo muy claro que yo buen ojo no tengo, ni para las fotos ni para otras cosas, y que me conformo con que de las 2304 fotos que puedo llegar a hacer al minuto una valga la pena. Pero oye, ahí está el reto.
¡Empezamos!

jajaja, me identifico!! que minis mas bonitos tienes!!! 🙂
Gracias!! Lo mejor de la casa 🙂
Un abrazo!!
A mí me pasa algo parecido, así que te comprendo perfectamente!! Ánimo seguro que superas el reto!!! Un abrazo!!!
Gracias! A por ellos! jajajajaj
Un abrazo guapa!!
Yo con tenedor empecé fuerte, pero voy relajándome, seguro que lo consigues, que todo es ponerse.
Un besote grande amiga!!!
Tengo ganas de hacer fotos a tu cucharaaaaaaa!!!!!!! jajajajajaja Qué ganas de que llegue!!
Jajaja. Seguro que te salen genial. A mí es que las fotos que mejor me han salido en mi vida son aquellas en las que ni me di cuenta de que estaba haciendo una «artistez». Jajaja. Besotes y ya nos irás mostrando…
Si, a mí me pasa igual. Si lo intento me salen cosas insulsas y feunas…. os lo iré contando! 🙂 un besote!