Adiós expectativas, hola realidad

Pues sí. Ya está ahí, vivito y coleando. Mi primer libro ya ha dejado el nido, después de todos estos meses en los que le he cobijado, dado forma desde cero, padecido, acariciado y hasta aborrecido… Hasta ahora que se emancipa, coge la maleta, me mira con lagrimita en los ojos y me dice adiós con la manita y el tupper de macarrones en la bolsa.

Porque a este libro, como a un hijo, solo lo he alumbrado, cuidado y engordado, hasta que ha tenido autonomía suficiente (y un distribuidor eficaz) para que se vaya de Erasmus y vea el mundo. Y dejará de ser mi retoño para darse de bruces con la vida, con el acné seborreico, las colas del paro o aprender a poner lavadoras separando el color del blanco.

«Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma…» dice Khalil Gibran, y creo que este poema tan bello aplica también para los libros que escribes.

«Adiós expectativas, hola realidad» nace gracias a cruzarme con Planeta, tras años de reticencias a escribirlo y muchos, muchos noes a estas propuestas. Y lo hace ahora porque tal vez me poseyó una locura temporal en su momento. O porque mi yo insensato ese día tenía el valiente subido y ganó su discurso: «Hazlo de una santa vez y deja de buscar excusas. Exponte, atrévete, Hazlo ya».

Este libro nace con la idea de recoger mis experiencias como madre así como todo lo que he ido aprendiendo desde Madresfera: la gente a la que he entrevistado, mis aprendizajes, reflexiones y los errores que he cometido… Y por supuesto, y como sello de la casa y mi manera de sobrevivir, contado con MI humor y con la única intención de sacar una sonrisa a quien me lea.

No es una guía, ni un manual de crianza o de maternidad. Nada más lejos de mi intención sentar cátedra sobre un asunto tan complejo, tan personal, como es el de la maternidad. No hay maternidad perfecta, ni única, ni ideal. Y cuánto antes nos quitemos esa idea mejor nos irá para no juzgarnos cada día como si estuviéramos fallando al universo constantemente.

Rescatando el espíritu de este blog, he ido reflexionando, a mi manera, «floja y accidental», sobre un montón de puntos rosas, o negros, en la línea temporal de una madre cualquiera que soy yo o es cualquier otra: desde el palito que te da la noticia, pasando por las clases de preparación al parte, las amigas del parque, la elección del cole, la relación de pareja, las visitas durante el postparto, el descubrimiento del suelo pélvico, la exposición en redes sociales, la culpaTM o los cumpleaños infantiles. Un bonito resumen de la mandanga maternal, vaya.

Con este libro he querido reconciliarme un poquito con mi propia idea de madre, reírme de mí misma y mis expectativas, y también de lo que se supone que se espera de la maternidad en general.

Y sí, claro, hay mucho de mi madre en este libro. Porque no está y se fue antes de que yo me estrenara en la maternidad. Porque eso me ha marcado profundamente y ahora que tengo el libro entre mis manos la estoy llorando en cada página.

Escribo estas letras justo en el día de la madre, un día que no me gusta, que me entristece y que vivo cada año según me pilla. Y este año me pilla con criatura tierna recién publicada y por lo tanto es sal en la ausencia. Este año, especialmente este año, me duele no tenerla para compartir con ella algo que hubiera disfrutado más que yo.

Pero así es la vida. Y hay que coger aire, respirar y seguir tirando.

Seguir escribiendo, seguir bailando, seguir leyendo y seguir compartiendo.

Adiós expectativas, hola realidad sale a la venta el 11 de mayo, pero ya lo podéis reservar desde aquí. Espero de corazón que lo disfrutéis y me lo contéis.

Y por supuesto este post también tiene música.

El libro podría tener banda sonora con las canciones que usé para escribirlo… pero lo mismo eso da para otro post. Hoy os traigo mejor la música que tengo ahora mismo en mis oídos, y que me está ayudando a sanar mis cositas en un día como hoy.

Un abrazo fuerte

2 comentarios en “Adiós expectativas, hola realidad

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