Esta semana estoy de despedida. Ha terminado Girls y me tiene como a los niños cuando se les acaba su postre preferido. Como cuando se terminó Mad Men. Como cuando terminan las vacaciones y tienes que volver a la ciudad atestada y a la rutina. Como cuando acabas un libro que te quita el aliento.
Girls tiene capítulos mejores y otros peores. No es perfecta, o casi, como Mad Men. Hay temporadas en las que me han interesado poco o nada y las he relegado a otros contenidos que me llamasen más. Para recuperarlas luego y volver a engancharme de esta serie tan, tan personal. Con unos personajes con los que no me siento identificada, la verdad, pero con los que he empatizado a pesar de caerme hasta mal en muchas ocasiones.
Quizás porque nos muestra mujeres complejas, que no son tal y como vemos en el resto de series. Que tienen muchas contradicciones y cambian de idea, que no hacen lo que deberían, que nos muestran sus facetas más humanas, sus errores, sus defectos. Y quizás por eso se convierten en entrañables. Porque aunque son muy extremos en ciertas ocasiones, (como Hannah con su cuerpo, por ejemplo) es gratificante, y valiente, y son un reto para el espectador.
Y aunque a veces me he quedado con cara de no entender nada de lo que han hecho, sus motivos, sus conversaciones, porque su entorno no es el mío, ni sus vivencias, ni sus historias, en realidad me han hecho pensar más de lo que creía. Su manera de afrontar y plantearnos temas como el cuerpo, el sexo (de la manera menos romántica e idealizada posible, recuerdo a Marnie en el primer capítulo, diciéndole a Shoshanna que el sexo está sobrevalorado), las relaciones de pareja (de todo menos idílicas), el amor romántico (¿existe acaso?), las expectativas profesionales y personales, las amistades, la familia (dios mío, la familia), la literatura y el proceso de escritura, los egos creativos, los egos… Oh, y la maternidad, que aunque no apuntaba hacia ello, en esta última temporada sí se trata, y como casi todo, también ha traído polémica. Como no podía ser de otra manera, claro.
Una serie fantástica y una autora Lena Dunham, que como bien dice en el primer capítulo, podría ser la voz de su generación. O una voz de una generación 😀 Puede gustarte más o menos, a veces tiene momentos un poco de élite intelectual que le apartan un poco del resto del mundo, pero aún así es una mujer que está haciéndose oír y creando papeles para mujeres en personajes ricos y complejos.
Además, echaré mucho de menos Girls por los maravillosos momentos musicales que me ha ido regalando estos cinco años.
Los estilismos de las protagonistas, sus destrozos existenciales, sus aciertos, sus canciones, y ciertas frases que se te quedaban clavadas desde la más absoluta simplicidad, como en la última temporada, cuando la doble de Hannah le dice sentadas ambas en la escalera: Lo difícil no es criar un niño, sino ser adulto.
Mi #VDLN hoy va para esta maravillosa serie que os recomiendo a todos, con mente abierta y sin prejuicios con la canción que cierra el penúltimo episodio de esta temporada.
El Viernes dando la nota es un carnaval de blogs dedicado a compartir música cada viernes. Si quieres saber más, conocer las reglas, y cómo participar puedes verlo todo aquí.
De la serie no opino, no soy cliente en ese mercado. La canción, guapa. Feliz semana.
jajajajaja ciertamente puede que no seas el perfil, no Rafa, aunque nunca se sabe! jajajaa, gracias igualmente, y feliz semana!!
La serie no la conozco, pero la canción elegida me ha encantado.
Feliz semana.