Una de las cosas que adoro de los niños es su capacidad para disfrutar un microsegundo a tope, como si no hubiera un mañana, sin preocuparse de nada más, de si se les sube la falda al bailar, de si se despeinan, de si hacen el ridículo, de las caras que ponen… Envidio esa capacidad de gozar hasta el aire que respiran, y envidio con todo mi ser ese superpoder para detener el tiempo con su varita mágica mental y disfrutar lo que están haciendo.
Es algo que, en general, perdemos con los años, lamentablemente. Con las convenciones sociales, las responsabilidad, siguiendo las reglas de este mundo neoliberalista que nos rodea donde nos preocupamos mucho más por lo que gana el de al lado que por lo que hacemos nosotros, y donde dejamos de paladear la vida y de seguir nuestro ritmo propio.
Qué tenemos que hacer en cada momento, y sobre todo, a qué ritmo debemos vivir, que tristemente suele ser mucho más rápido de lo que queremos en realidad. Porque no nos engañemos. Lo rápido no se disfruta salvo cuando sabemos que lo que estamos pasando es malo. Entonces queremos que el trago sea breve. Pero, ¿la vida? ¿El día? ¿Nuestros proyectos? ¿Han de ser meteóricos para estar dentro de lo conveniente?
Pues no. Las cosas necesitan su tiempo. Y cuanto más mejor.
Y no siempre se hacen con un fin.
No siempre tenemos que producir. Ni hacer algo útil.
No siempre tenemos que cumplir las expectativas de los demás. O incluso las que nosotros mismos pensamos que los demás tienen, que son hasta peores.
Llamadme loca, pero el instinto de bailar la vida es algo que llevamos dentro. El quedarnos prendados de las estrellas o de una nube descarriada en el cielo. De oler el viento y desvanecerte en lo alto de una montaña. De sumergirte en una melodía y dejar de ser un número más en tu carnet. Ser ritmo, ser algo que gira, que se mueve en sincronía con lo que te rodea. Sin más placer que el de bailar. Sin más ganancia que vivir.
Que no nos quiten ese instinto.
Bailarlo, vivirlo y disfrutarlo.
Feliz #VDLN amigos…
El Viernes dando la nota es un carnaval de blogs dedicado a compartir música cada viernes. Si quieres saber más, conocer las reglas, y cómo participar puedes verlo todo aquí.
Tienes razón, siempre me ha gustado mucho bailar y ya ni sé el tiempo que hace que no lo hago.
¿Nos echamos un baile? 🙂
Muy cierto todo… y a bailar!
No es raro pasar por mi «cubículo» y verme bailando mientras trabajo, o paseando por los pasillos al ritmo de la música, ya no te digo cantar e inventarme letras, como en twitter pero más divertido 🙂
Bailemos y disfrutemos 😉
Me gusta bailar, pero cuando estoy solo o voy caminando por la ciudad, tengo mucho sentido del ridículo para hacerlo en público, pero disfruto dejando al cuerpo y a la mente disfrutar con el ritmo y la música.
Un saludo.
A veces hay que dejarse de convencionalismos y, simplemente vivir (y bailar). Besotes!!!
Yo bailo mucho. Todo lo que puedo. Pero luego me entran las prisas 😉
Yo bailo poco físicamente. Pero algo más con la imaginación.
Feliz #VDLN