VDLN: #weareyourchildren

Me gusta ser optimista y ver el lado bueno a las cosas.

Pero no puedo usar el optimismo como máscara para ocultar la realidad, no siempre funciona. Ni filtra la tragedia ni la atenúa.

Hoy es el Día Universal de los Derechos de la Infancia y ante eso el optimismo pasa a segundo plano. Lo que hay es responsabilidad, es instinto de protección, es urgencia, es dolor por los millones de niños que sufren sin entender por qué. 

Nuestros niños, todos, los que duermen a nuestro lado o a miles de kilómetros que también son nuestros, deben ser nuestra prioridad. Nuestra razón para darle a todo lo que hagamos un sentido.

Y que hasta el #VDLN sirva para transmitir en cadena que «nuestros niños», TODOS, tienen derecho a ser protegidos, acunados antes de dormir, besados muchas veces en los párpados, consolados cuando se caen, queridos y deseados.

Este no es un post optimista de serie, de esos míos que a veces pienso que puedan sonar a felicidad barata de manual y que tanto aborrezco. Este es un post lleno de gritos y de zarandeos, con un vídeo incómodo y que te deja mal cuerpo. Pero necesario.

Es imprescindible. Porque son nuestros niños.

Feliz e incómodo #VDLN

Viernes dando la nota

El Viernes dando la nota es un carnaval de blogs dedicado a compartir música cada viernes. Si quieres saber más, conocer las reglas, y cómo participar puedes verlo todo aquí.


A hostia limpia

A veces nos olvidamos de que somos nosotros nuestros principales contendientes, a los que nos enfrentamos cada día.

Hoy, cuando he visto el vídeo de Sia de Elastic Heart me lo ha recordado al instante. Esa jaula en la que los dos protagonistas se dan de leches de manera lírica, también me vale para mi propio yo, y la lucha interna a la que día tras día me someto.

Y nos empeñamos muy a menudo en focalizar nuestras energías en los demás, cuando la realidad es que ahí, encerrados y en un tira y afloja constante y permanente, estamos nosotros mismos. Y nuestras circunstancias.

A lo mejor si visualizásemos más a menudo esta lucha interna dejaríamos de perder tanto tiempo enfrentándonos a quién sabe quién. Cuando el que se merece una buena patada en la boca a lo mejor eres tú mismo… O no. Que a veces tenemos razón, qué leches. Pero desde luego, en nosotros siempre empieza la lucha y deberíamos ser el primer sitio en el que buscásemos el origen de ese malestar, ese problema que nos encontramos, de la mayoría de nuestros disgustos y crisis.  En nosotros y en nuestras expectativas, nuestros deseos, nuestros auto-engaños está la respuesta la mayoría de las veces.

Qué falta nos hace conocernos mejor para saber de qué somos capaces, cuáles son nuestros límites y cómo podemos superarlos. Qué falta nos hace dejarnos de autocomplacencias y vendas en los ojos. Qué falta nos hace ser autónomos (no en el sentido fiscal, por dios) y no depender de que nadie nos diga cómo somos y qué necesitamos para seguir andando…

Esto lo veo mucho ahora que se lleva tanto el autoempleo. Y el tan traído emprendimiento (hasta el moño, por cierto, estoy de esta moda tan fashion). Porque, en realidad, lo complicado no es poner en marcha algo y que funcione (algo que en nuestro país está mucho más negro gracias a la política fiscal que graba a los autónomos y pymes). Lo realmente chungo es tomar decisiones por uno mismo y no depender del jefe o la jefa de turno para tomarlas por ti.

Porque lo chungo es llegar a conocerse de verdad. Y dejar de estar a hostia limpia con los demás. O con nosotros mismos.

 

Donde la vida nos lleve…

– Oh, dios mío, pero…¿qué es eso que vuela?

– OMG, ¿es acaso un avión? ¿o un pájaro?

– ….

No, amiguitos. Eso que vuela por encima de nuestras cabezas, y que si pudiera nos cagaría con ganas, no es el cachitas Superman, ya sea de la versión cinematográfica que sea. Sea lo que sea no es un superhéroe embutido en mallas xxs. Tampoco es un jet privado ultrasónico de algún ricachuelo ruso o árabe que se ha desviado para ir a las rebajas estivales. No caen billetes de 500 a su paso, lastimica de nosotros.

No. Eso que nos sobrepasa a la velocidad del sonido y que cualquiera diría que es que ha quedado con alguien por las prisas que lleva, es mi vida. La muy perra…

Y es que mientras ella se pira por derroteros y alturas «unexpected», a mí se me pone el culo gordo y cada vez me cuesta más, y más y más y más, alcanzarla y coger las riendas de esta locura de existencia. Y en días como hoy, o en semanas, o en meses, o en años como este, me pregunto qué estoy haciendo para tener cada vez más vértigo…

Si veis a mi vida pasar por ahí, decidle que se venga anda. Que ya está la cena…