Y si hace falta parar, para.
Y si hace falta llorar, llora.
Pero nunca dejes de respirar. Hondo, fuerte y que te llegue casi hasta los dedos de los pies.
Respira tan fuerte que se te salgan los pulmones del pecho.
Y sabrás que estás vivo.
Y si hace falta parar, para.
Y si hace falta llorar, llora.
Pero nunca dejes de respirar. Hondo, fuerte y que te llegue casi hasta los dedos de los pies.
Respira tan fuerte que se te salgan los pulmones del pecho.
Y sabrás que estás vivo.