Tal vez sea mejor que avise que en esta entrada puede haber vocabulario explícito empleado para ofender a cierto pintor y al contratista y a unos cuantos señoritingos más. Mentes y espíritus sensibles hagan un pip mental cuando pasen por esos vocables y achaquenlo, sin duda, a la preñez avanzada y sus efectos primarios.
A lo mejor me meto en otro berenjenal. A lo mejor. Pero no me importa, mucho. Porque estoy muy cabreada.
Cabreada por una crisis que nos han plantao como si de un color de moda se tratase: esta temporada, bueno no, lo dos próximos años os vais a cagar todos porque España va a sufrir una recesión de cojones. Guardad vuestras esperanzas, vuestro optimismo y vuestras ganas de prosperar porque aquí solo lo van a hacer los mismos, osea nosotros, pero además os vamos a recortar todos los derechos que podamos. Porque es lo que os toca. Y os jodéis.
Cabreada por un país que no respira si no es para gritar GOOOOOOL delante de una pantalla o se encabrona con los pechos nuevos de la última rubia que haya salido con Guti (espera, es morena, no?). Nada moviliza tanto a este país como un clásico, como una pelota, como las declaraciones totalmente vacías de contenido de un señor que habla a los medios con los auriculares del MP3 sonando con la metralleta de DJ Tiesto de fondo. ¿En serio?¿EN SERIO?????
Cabreada, muuuuuuuuuuuuuuuy cabreada, porque al señor jefe pintor de los huevos no le ha dado la real gana de arreglarnos los desperfectos que ellos han causado al pintarnos la casa a medias. Eso sí, colega, te largas sin cobrar porque no pienso pagarte ni un euro después de haberte atrevido a insinuar que mi mansión, MI MANSIÓN es la causante de que la pintura recién echada se levantase tres días después de haber pintado. Mamón.
Muy cabreada esta semana porque un día sí y otro también confirmo el hecho de que se están riendo de nosotros, en nuestra cara.
El juicio de Marta del Castillo me dejó bastante escamada, lo reconozco. Esos padres, ese abuelo que no deja de levantar Andalucía buscando a su nieta… Y esos… esos, no tengo ni nombre que se acerque al desprecio que siento por esos bichos repugnantes que se han sentado en el banquillo y que han salido libres salvo uno de ellos que ha recibido una pena que con las patéticas leyes que tenemos en este país saldrá tan tranquilo cualquier día de estos. Indignante, estúpido, innecesario y vergonzoso que algo tan espantoso como un asesinato a sangre fría a manos de unos adolescentes de pendiente en la oreja y chandal brillante pueda salir impune.
Y ya calentita, me entero de que a Camps, ese hombre sonriente, después de haber oído toda España sus conversaciones de Esteso y Pajares comentando sus trapis con el Bigotes y los otros, le han dado la bendición y hala, a tu casita, majo a seguir jugando al golf y a las compritas, y ya nos pasarás el cheque a esta dirección. Aquí os digo, hermanos, que la indignación ya supera la línea de la película surrealista y que me entran ganas de ponerme a cantar como una loca en medio del supermercado, a lo musical de Broadway con plumas y lentejuelas (pero siendo como es de estratosférico y marginal mi barrio, ya imaginarán que lo haría con la bata de guatiné, el moño «awhinehouseado» y las zapatillas de estar por casa con pompón de pelillos rosas).
Esto es un circo, señores, un teatrillo, una farsa, una sombra, una ficción, como diría aquel… Y mientras juzgan con boato a Garzón sus propios compañeros, en lo que no me importa admitir que veo una total venganza de pandilleros setentones de trajes de a millón y morales abyectas, que se gastan nuestro presupuesto público en liquidar sus asuntos pendientes de patio de colegio, en vez de ocuparse de recoger la mierda de las calles, que ahí les quería ver yo, limpiando las aceras de truños gigantes y no calentando sus asientos de señorías. Vomitivo.
Y lo del Urdangarín, pfffffff, suma y sigue, que es presunto, como el jamón portugués. Y que no sé ustedes, pero que yo tengo claro, clarinete, que se va a ir de rositas y Coronitas con su colega, a seguir jugando al pádel y viviendo a nuestra costa como el resto de los Reales. Eso sí, que no se nos olvide a nosotros, oh mortales imbéciles y patéticos, presentar la declaración trimestral aunque sea a 0, o pagar nuestros pagos religiosamente a los bancos, da igual los que sean, porque a la semana como mucho, tendrás en tu casa una pila de cartas amenazándote y convirtiendo tu nombre en un chorizo más de noséquélista de morosos y la madre que los trajo.
Pero lo mejor, lo más de lo más vino ayer cuando escuché en la radio la historia de una vaca que hace 25 años mandaron a la cárcel porque el alcalde la pilló in fraganti pastando en suelo público de Baiona, aunque el dueño de la condenada sigue afirmando a día de hoy la inocencia de su vaca Pinta, que así se llamaba la protagonista rumiante. Y lo fuerte es que el animal ¡sí que estuvo encerrado!
Osea, que este pobre animal, cuyo único delito fue pastar donde pudo (sin entrar en si era dentro o fuera de la zona comunal) se casca 3 años de trullo y aquí el amigo sonriente de trajes regalados se pira encima con algún puesto ya en una directiva de por vida??????????????????? Pero estamos todos tontos o qué? (parece que en muchos de mis posts llego siempre a la misma conclusión, voy a tener que mirármelo…).
Sí, yo me lo tengo que mirar, pero es evidente que la nuestra es una justicia muy «vacaburra», digna de todos los calificativos más deshonrosos y escatológicos, que hoy me hace saltarme todas las normas de cortesía al escribir un post soltando improperios a diestro y siniestro.
Voy a serenarme porque tal y como están las cosas en una de estas me meten a mí un paquete por meter vocabulario inapropiado y viene el FBI y me cierra el blog. Ups.