Motivos para empezar bien: Canciones en la cabeza

Es lunes y me ha costado un dolor despertarme.

Debe haberme cambiado un ritmo circadiano de esos porque mi cuerpo no está muy satisfecho con madrugar justo a esa hora.

Lo bueno es que tengo una canción en la cabeza desde ayer que, desde que he conseguido despegar las pestañas, ya ha empezado a golpearme fuerte entre ceja y ceja. La he puesto corriendo en el reproductor, bien alta, libre ya de criaturas y de gritos, y me he entregado por completo a la causa: ¡es lunes!

¡Vivan las canciones que te persiguen durante días! (todas menos las del cantajuegos, sorry)

Motivos para empezar bien: A perfect day…

Una de las canciones más bellas. Un artista que desaparece pero que deja belleza tras él.

Hacer que cada día sea perfecto. Una utopía de esas de libro de autoayuda y de presentación en powerpoint pero que tiene toda la razón del mundo. Por mucho asco que me dé reconocerlo.

Empecemos pues por disfrutar un mierdalunes como homenaje a Lou Reed. Y a los que quedamos aquí.

Lou Reed

Motivos para empezar bien el día: mi sister

Mi hermana, la hippie, la «humanista», la que vuela cuando va de paseo y te deja a tres kilómetros a paso normalito, la que comparte mi sentido del humor que nadie más entiende, la que es  famosa en su universidad, la que saca todo matrículas y sabe cosas que a los demás nos parecen inútiles, la que hace magia con los niños, la que tiene más de mi madre de lo que ella se imagina, la que estará conmigo para siempre y cuando seamos ancianas nos seguirán confundiendo la voz por teléfono… Eso sí, no iremos con las pintas de espantajas de las CocoRosie éstas, por dios, que están más para allá que para acá…

Te quiero sister, y el vídeo de las locarras rarunas que me has enviado me ha encantado.

Motivos para empezar bien el día (III): The Gift

Uno de mis grupos preferidos, sin duda.

Por ese poder embaucador que tiene la música para filtrarse en tus recuerdos y en tus vivencias. Se funde con lo vivido y ya no hay forma de separarlos, nunca.

Eso me pasa con The Gift. Que me acompañaron por primera vez en una carretera costera de Vigo, gracias a mis queridos Vili y María. Nunca, nunca, nunca podría olvidar el paisaje que tenía ante mis ojos mientras la voz IMPRESIONANTE de Sónia Tavares se me incrustaba en el cerebro cual alien majete y bienintencionado. Y desde entonces, ya forman parte inseparable de mí, de mi cocina, del gato que por aquel entonces compartía mi casa,  y de mis oídos. Y de mi presente, con un concierto aún en la retina y una mano adosada a la mía.

Sacan nuevo disco. Alegría. No pasan por Madrid, por ahora. Les esperaré. (Rectifico: ya han pasado!!!! y no me he enterado!!!!! Scheiße!!!!)

P.D: Gracias a Esto es para una que lo quiere así por acordarse de mí… maja!