Una de las canciones más bellas. Un artista que desaparece pero que deja belleza tras él.
Hacer que cada día sea perfecto. Una utopía de esas de libro de autoayuda y de presentación en powerpoint pero que tiene toda la razón del mundo. Por mucho asco que me dé reconocerlo.
Empecemos pues por disfrutar un mierdalunes como homenaje a Lou Reed. Y a los que quedamos aquí.
Por ese poder embaucador que tiene la música para filtrarse en tus recuerdos y en tus vivencias. Se funde con lo vivido y ya no hay forma de separarlos, nunca.
Eso me pasa con The Gift. Que me acompañaron por primera vez en una carretera costera de Vigo, gracias a mis queridos Vili y María. Nunca, nunca, nunca podría olvidar el paisaje que tenía ante mis ojos mientras la voz IMPRESIONANTE de Sónia Tavares se me incrustaba en el cerebro cual alien majete y bienintencionado. Y desde entonces, ya forman parte inseparable de mí, de mi cocina, del gato que por aquel entonces compartía mi casa, y de mis oídos. Y de mi presente, con un concierto aún en la retina y una mano adosada a la mía.
Sacan nuevo disco. Alegría. No pasan por Madrid, por ahora. Les esperaré. (Rectifico: ya han pasado!!!! y no me he enterado!!!!! Scheiße!!!!)