Postcards from Israel: día 3…¿?

Querido mundo exterior con Internet always on:

¿Really? ¿Day 3?

Me van a perdonar la confusión, pero ahora mismo no sé muy bien ni en qué día vivo ni qué idioma estoy hablando ni de qué color se me ha quedado la nariz después de pasar todo el día bajo el sol de Jerusalén.

El agotamiento físico y mental es tremendo. Y «¿por qué, bonita?» Me dirán, con ese tonito de «¿no querías ir a Israel???? pues toma Israel…!!!». Pues que esto es un no parar, oigan. Un «neverending stop», my friend!!!!

Que esto viene a ser lo que se dice una agenda apretada: no paro de madrugar, duermo muy poco (aunque como una piedra, eso sí), me echo litros de crema factor 50 y aún así tengo la nariz fucsia, nos llevan de un lado para otro en el minibús donde aprovecho para conocer mejor a mis compañeras inglesas (hoy he descubierto a Jane, y mira tú, que me ha parecido una inglesa lovely pero lovely lovely!), nos presentan a gente superinteresantedelamuerte, que realmente es muy interesante, pero de la cual ya ni recuerdo su nombre porque todavía estoy intentando acordarme del nombre de la primera persona que he conocido (al final de la semana tendré la lista con todos los nombres y daré buena cuenta de ellos y sus historias, promised), comemos cosas riquísimas con nombres con muchas fffff y jjjj, nos reímos muchísisisisisisimo y todos piensan que Eva y yo estamos o piradas o borrachas (y créanme, no nos da tiempo a emborracharnos ni aunque se nos pasara por la mente, que no es el caso, evidentemente…), seguimos hablando con gente superinteresanteyconmuchomundo mientras comemos y nos montamos en el autobus, nos reímos otro poco y nos abanicamos camino de otro sitio donde conoceremos a gente superinteresanteyqueacabadeganarelnobel…. y así hasta el final del día, que es cuando caigo en que ni siquiera tengo muy claro en qué día estoy….

De Jerusalén habría mucho que decir, muuuuuuuucho, muchísimo, pero tengo que reflexionar bastante sobre lo que he visto hoy, porque si no lo hago, al final acabaré contando la historia de los dos buitres gays del Zoo Bíblico de la ciudad: de cómo esos dos machos, entre destripamiento y destripamiento de sus comidas diarias, descubrieron sus sentimientos uno hacia el otro pese al flipamiento de sus cuidadores, de cómo a pesar de las convenciones animales, ¡¡y bíblicas!! nuestros protagonistas, los dos buitres recién salidos del armario se armaron de valor y construyeron entre los dos su propio nidito, de cómo a los cuidadores les moló la idea ésta de convertir la zona de las aves carroñeras en una nueva Chueca y les pusieron un huevo artificial en su nido para luego reemplazarlo por uno de verdad y con sorpresa, y de cómo ambos animalicos criaron con amor, devoción y carroñerismo a raudales a esa cría, que vete tú a saber de dónde venía… Y cuya moraleja, porque siempre hay una moraleja en las historias chupis, es que, en la vida, como en cualquier zoo bíblico que se precie tienes que tener una mente abierta ante lo que se te va presentando. Toma maroma.

Muchos besos desde Tel Aviv.

Pd. El equipo de Kinetis está haciendo un trabajo alucinante por coordinar este viaje. Sólo cuando ves tooooooooodo lo que tienen preparado, te das cuenta de lo que tienen que haber currado durante varias semanas. Y después de vivirlo, como en mi caso, te vas a dormir como si hubieras corrido una maratón, exagerando solo la parte a la que os tengo acostumbrados 🙂

2 comentarios en “Postcards from Israel: día 3…¿?

  1. jajaja, bueno mujer, con tanto trajín y subes y bajas endureceis muslos y echais menos a la family no?
    a la vuelta ya podreis poner todas las ideas en claro, dont’ worry!

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